Y para los que no las conocéis, como era mi caso, recientemente tía no tenia por qué saberlo..., vosotros vais a la barra de google y ponéis LalaLoopsy (
aqui) y tenéis para todos los gustos y de todos los colores mil marionetas, y cada una con su propia mascota.
Bea me llamó que su hija era una enamorada de éstas muñequitas y que, para la super fiesta que estaba preparándole, quería una tarta con la temática de LalaLoopsy.
Este tipo de tartas, y más infantiles, dan mucho juego porque son muy coloridas y con todas las mascotas que lleva cada muñeca y los diferentes acompañamientos de cada una podemos hacer mil variedades.
A la niña, Lucía, le había gustado una que había visto por internet pero a mi, la verdad, no me atraía mucho la idea, me gusta más que sean personales y únicas y como a la mamá le daba igual... pues a crear se ha dicho!
Vayamos con la tarea...
Había un pequeño problema, que más adelante os cuento. Hice mi fabuloso bizcocho de Vainilla, porque además de gustarme la textura y el sabor, no tengo ni un minuto del día para dedicarme a experimentar nuevas historias, además, funciona genial. En Julio aprenderé un poquito más de éste bello arte. (bieeeeeennnn!!)
El relleno fue de crema de mantequilla de fruta de la pasión. Suena un poco fuerte pero en sí es como una naranja ácida. Pensé que si no era tan dulce la cumpleañera la comería. La emborraché con almíbar de vino blanco reducido, al ser para niños...
El "problemilla" era que a la niña
no le gusta el dulce!! si, señoras y señores, no le gusta, jjejejejje... ¿a qué persona en éste mundo no le gustan las cosas dulces? pues a Lucía. ;p
Pero no hay que preocuparse porque Bea se encargó personalmente de que no sobrara ni una miga, así me gusta a mí. Desde aquí te mando un saludo Bea!
Y aquí está el resultado del pastel. Quedó fabulosa!
Me gustó mucho hacerla porque es una tarta muy divertida y da mucho juego y a Bea también la ayudó bastante porque en la fiesta infantil que montó había mucho colorido y los niños se lo pasaron fenomenal.
Elegí ésta marioneta porque me gustó el pelo y la nota musical dibujada en la carita. La mascota de la "niña" en cuestión era un gato y se la quise incorporar en el nombre. Alrededor llevaba botones de colores, como los ojitos y la boca como si estuviera hecha con puntadas.
La tarta era como una carpa en rosa con su entrada como si de un maravilloso circo se tratase y la protagonista en lo alto, bien vestida; era el sexto cumpleaños de Lucía y la ocasión lo merecía.
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detalle de la entrada |
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el pelo por detrás |
Y con ésto y un bizcocho voy a seguir con otra de mis creaciones....el más difícil todavía y quiero daros las gracias por confiar en mí a todos los que hacéis posible que siga subiendo peldaño a peldaño. Cada tarta es un nuevo reto, para los que no lo sepáis, con pocos medios y materiales, pero que me ayuda a crecer y superarme en cada una de ellas. Algún día llegará la recompensa, aunque ya son muchas las alegrías que me aportan. Hasta otra!